sábado, 5 de abril de 2008

no title

Ahora, solo resta correr como siempre tan libre en los inmensos campos. Arrullarse sobre las ramas de algún frondozo árbol. Esperar, que caigan las hojas sepia e indiquen que se hace de noche. Que el frio queme la sangre a tal punto que al quedarse quieto, exploten los sentidos.
Al observar tanta belleza....

La noche. Tan oscura, que los sentidos se amplian. es así que esa oscuridad te ilumina.

Al estar atentos.
Millones de dóciles estrellas generarán sonrisas

Ríe, ríe que contigo sonrío.

Al mirar al cielo tranquilizo, mis sentidos
al tocar la tierra, recuerdo que estoy aquí y es justo cuando ese viento fuerte de temprano otoño empuje

mi chaqueta puesta, yo puesta y bien apuesta, siga adelante por este.. un sendero ambiguo.
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