Ayer llovió y recordé a ese gato pardo que no le temía a la lluvia. El cielo se me vino encima, me mojo tan bruscamente que no sentí los golpes y disfruté de su presencia. Aquella que apaciguaba al fuego, que encandilaba dentro mío. Disfruté mucho la noche en que lejos de casa, en la calle, en un auto, y en mi casa se sintió.
Ahora en Baires hace 24 terribles grados centígrados, pero aún tengo dosis de ayer y desperté contenta. Temprano, sin ninguna vocecita gritándome despierta, despierta OCIOOOOOOOOOOSA despierta jejej… bebí dos vasos de Pepsi, hice mínimas cosas y Salí a hacer algo por mi, torturarme un poco con este calor de la fuxin shit. Para no perder la costumbre.
.:Seguimos en fuxin Baires:.
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